Iniciación musical infantil
¿Habéis imaginado alguna vez un mundo en el que no hubiera sonido?
Si paramos para observar, casi todos los sonidos que oímos durante el día son como instrumentos musicales tocando alguna canción: la lluvia, el viento, los truenos, el cántico de los pájaros, etc. Es así cómo los bebés empiezan a observar, aprender, a diferenciar y a adquirir sensibilidad con los sonidos.
La música trae bienestar y tranquilidad para el bebé, desde cuando él se encuentra en el vientre de su madre Si la madre escucha música de forma repetida durante el embarazo, el bebé la “recuerda” después de nacer y se calma con ella si la oye. En un estudio reciente, un grupo de niños cuyas madres habían seguido una serie de televisión ¡se calmaban al oír la sintonía en la primera semana de vida! Los niños de madres que no habían visto la serie no respondían de la misma forma. Las investigaciones demostraron que los bebés habían aprendido a asociar la sintonía, con un período de paz y tranquilidad, en el que mamá se ponía cómoda durante media hora en frente de la televisión. Se pudo apreciar el mismo tipo de reacción en los bebés cuyos padres oían regularmente la misma música durante el embarazo.
Según el pianista alemán Wolfgang Leibnitz, "La música es el placer que el alma experimenta contando sin darse cuenta de qué cuenta”. Una forma para desarrollar la sensibilidad del bebé para la música es hacer con que él imite, con la boca, los sonidos de los objetos y de lo que pasa en su alrededor. Eso puede ser el principio de todo.
La música está siendo introducida en la educación de los niños en edades preescolares, debido a la importancia que representa en su desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, del habla, y motriz.La música es un elemento fundamental en esta primera etapa del sistema educativo.El niño empieza a expresarse de otra manera y es capaz de integrarse activamente en la sociedad, porque la música le ayuda a lograr autonomía en sus actividades habituales, asumir el cuidado de sí mismo y del entorno, y a ampliar su mundo de relaciones. La música tiene el don de acercar a las personas. El niño que vive en contacto con la música aprende a convivir de mejor manera con otros niños, estableciendo una comunicación mas harmoniosa. A esta edad la música les encanta. Les da seguridad emocional, confianza, porque se sienten comprendidos al compartir canciones, e inseridos en un clima de ayuda, colaboración y respeto mutuo.
La etapa de la alfabetización del niño se ve mas estimulada con la música. A través de las canciones infantiles, en las que las sílabas son rimadas y repetitivas, y acompañadas de gestos que se hacen al cantar, el niño mejora su forma de hablar y de entender el significado de cada palabra. Y así, se alfabetizará de una forma más rápida.
La música también es beneficiosa para el niño cuanto al poder de concentración, además de mejorar su capacidad de aprendizaje en matemática. La música es pura matemática. Además, facilita a los niños el aprendizaje de otros idiomas, potenciando su memoria.
Con la música, la expresión corporal del niño se ve mas estimulada. Utilizan nuevos recursos al adaptar su movimiento corporal a los ritmos de diferentes obras, contribuyendo de esta forma a la potenciación del control rítmico de su cuerpo. A través de la música, el niño puede mejorar su coordinación y combinar una serie de conductas. Túmbale boca arriba y muéveselos para que pueda bailar mientras que tú le cantas. Le puedes cargar y abrazar en tu regazo entonando otros ritmos infantiles.
LOS ESTIMULOS MUSICALES
La iniciación musical empieza en la propia casa del niño. Los padres pueden introducirle en los placeres del ritmo y los sonidos. A los bebés y niños en sus primeros pasos les gusta mucho bailar y dar palmas. Los bebés se serenan si se les canta o si le tararea canciones con suavidad.
Tengamos o no sentido musical, parece ser que hay en nosotros una especie de instinto que encaja con la propia capacidad del bebé para responder a los sonidos y a los movimientos. Es divertido investigar que clase de música le gustan a tu hijo. Escoge un momento en el que esté despierto, atento y mirándote admirado. Selecciona distintos tipos de música, desde clásica hasta rock, y observa sus reacciones. Al niño le agradará seguramente la música suave y fluida con una melodía definida; sin embargo, a medida que se haga mayor, seguramente preferirá canciones con altibajos, con un buen ritmo, bien marcado. Te darás cuenta de que los diversos tipos de música le atraerán en épocas diferentes.
En cuanto tu hijo sea capaz de fijarse y concentrarse en tu cara durante algo más que unos pocos segundos, a partir de las seis a siete semanas, atrae su atención entonándole canciones y ritmos; haz también la mímica. A los bebés y a los niños que comienzan a caminar, hasta que tienen edad de ir al colegio, les encanta. Prueba con las que te son familiares de tu infancia. A medida que tu bebé crezca intentará cantar contigo. Se mostrará emocionado cuando repita una o dos palabras y dé palmadas con sus manitos o se ponga de puntillas.
Deja que tu hijo note que puede formar parte de la música. Cuando le cantes o él cante contigo, dale palmadas en las manos y enséñale cómo puede él también dar palmas. No esperes que lo haga sin ayuda hasta que no haya cumplido un año; e incluso entonces, pasará algún tiempo antes de que consiga un sonido de palmas propiamente dicho. No importa. Al animarle, a que se una a ti, le estás ayudando a comprender que la música es una fuente de diversión
La educación musical temprana, es decir, en niños de 2 a 5 años, tiene como objetivo el descubrimiento y desarrollo de las capacidades expresivas, musicales, y psicomotrices del niño, que permitan posteriormente la elección de un instrumento, según sus preferencias y aptitudes.
La música para ellos debe ser tratada como un juego de sonidos y expresiones corporales, a través de los movimientos, la sensibilización motriz, visual y auditiva, y el contacto con las fuentes musicales. De una forma general, se trabaja con:
- el desarrollo de la voz, su lenguaje y canto- el contacto con las fuentes sonoras a través de materiales diversos, objetos e instrumentos;- el reconocimiento y la representación cuanto a la duración, intensidad, altura, timbre, etc, del sonido;- el desarrollo de la percepción auditiva y del pensamiento musical;- la utilización del movimiento como medio de expresión y sensibilización motriz, visual y auditiva, para conocer el propio cuerpo, desarrollar el sentido rítmico y fomentar las relaciones sociales.
El primer instrumento musical Antes de iniciar a un niño a un instrumento, es importante darle conocimientos musicales generales, él será quien decida en qué momento y qué instrumento desea aprender. Cuando un niño aprende un instrumento, no se siente solitario ni carente de atención. El instrumento, para él, pasa a ser también un compañero en muchos momentos.
La edad ideal para que un niño empiece a aprender a tocar un instrumento musical es a partir de los 5 años de edad. El aprendizaje jamás debe ser impuesto por los padres. Será el niño quien deba elegir el instrumento que quiere tocar, aunque los mejores instrumentos para se introducir en la música sean la flauta y el piano, porque no exigen demasiado del niño.
Pero, ante todo, al niño hay que gustarle.Si el niño se muestra interesado y los padres desean que su hijo aprenda pronto, es esencial comprobar que el profesor que elijan tenga experiencia con alumnos muy pequeños. En las mejores escuelas, no intentan enseñar a estos niños nada complicado o con disciplina, sin embargo, el profesor aprovecha el amor de los niños por la magia y su espontaneidad. Las clases se convierten en una sesión de juegos con música y movimiento y no como una tarea obligatoria.
Disculpen no tengo la fuente.
jueves, 29 de enero de 2009
La musica y los niños
Etiquetas:
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